DEFENDER LA TIERRA ES DEFENDER LA VIDA, NUESTRAS VIDAS
Si bien en el universo pueden existir otros planetas que
tengan condiciones para que se desarrolle vida (según la conocemos nosotros),
hoy por hoy nuestro planeta tierra es lo único que conocemos y habitamos, donde
se respira, se vive y se reproduce. ¿Entonces, a quién le puede interesar su
destrucción?
Esta pregunta aparentemente ingenua necesita con urgencia una respuesta. Según datos científicos de distintos rincones del mundo, nos muestran un planeta tierra enfermo, por sobrecalentamiento o aumento de la temperatura global. Los cambios observados en las temperaturas globales desde mediados del siglo XX no tienen precedentes desde décadas a milenios, pese a que hubo periodos prehistóricos de calentamiento global. Los trabajos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) muestran que la causa dominante del calentamiento observado desde la mitad del siglo XX es producto de las actividades humanas. La mayor influencia humana es la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2), metano y óxidos de nitrógeno.